¿El cerebro necesita grasa?
Claudia Ramirez

El medio ambiente esculpe el cerebro de tu hijo.  La alimentación es uno de los principales fundamentos para optimizar su funcionamiento y por lo tanto una gran aliada para nuestros hijos con discapacidad.

Se dice que el cerebro es dependiente de la glucosa, pero con los últimos avances se sabe que no se puede almacenar glucosa, la consume constantemente; sin embargo, esto no quiere decir que no pueda obtener de otras fuentes su energía, por ejemplo los cuerpos cetónicos provenientes de la grasa.

El cerebro puede sacar de la grasa su propia energía, es decir que la necesita y la puede consumir.

Como el cerebro está conformado en su gran mayoría de ácidos grasos, estos son de mayor capacidad de oxidación que otras moléculas, más sensibles a los radicales libres.  Ante la deficiencia de nutrientes y carencia de oxígeno (mal ambiente con químicos y toxinas), el cerebro es el primero que se daña, aunque no se note muchas veces de forma inmediata o sea de manera sutil.

El Omega3 y el colesterol son necesarios para el buen funcionamiento del cerebro y provienen de fuentes externas. Esto lo hace crecer en cantidad y calidad de neuronas que conforman la red neuronal.

Cuando hay deficiencias de grasas y sobre todo de omega 3 y aminoácidos se va deteriorando la función cognitiva a lo largo de los años.  Y es lo que menos queremos como madres que buscamos en todo momento optimizar el desarrollo neurológico de nuestros hijos con discapacidad.

El déficit de Omega 3 y grasas en el cerebro conduce a:

    • Disminución de la memoria
    • Dificultad de aprendizaje
    • Problemas de atención 
    • Incluso descontrol emocional. 

Las mejores fuentes  de Omega 3 son:

    • El pescado azul
    • Vísceras y partes mas grasas de los mamíferos
    • Las algas aunque tienen Omega 3 y es el alimento de los peces, sin embargo no aportan DHA que es lo que proveen los peces al consumir algas y procesarlas.

El valor terapéutico o que tiene un efecto benéfico en las neuronas lo otorga el DHA.

La grasa del huevo es otra que ha sido estigmatizada pero ya con muchos estudios a favor de su consumo. Aporta ácidos grasos insaturados, oleico, colina.

El crecimiento cerebral en gestación se da debido a las reservas de DHA de la madre y se consolida una vez nace al ser amamantado porque la leche materna lo aporta.

Hay 85.000 millones de neuronas que se comunican gracias a la grasa, la velocidad de las 10.000 conexiones de cada neurona depende también de la grasa.

Te cuento cual es el impacto de las grasas y el DHA en el cerebro de tu hijo:

    • Fluidez de las células neuronales
    • Neurogénesis: generación de nuevas neuronas 
    • Mielinización: lo cual brinda una protección neurológica 
    • Sinaptogenesis:proceso por el cual se crean sinapsis, es decir, conexiones entre una neurona y otra célula del sistema nervioso, o bien entre dos neuronas.
    • Movimiento Rodopsina en los fotoreceptores para transformación lumínica en señal eléctrica entre neuronas 
    • Crecimiento cerebral en el primer trimestre de gestación (40% del total de la grasa cerebral)

La grasa del huevo es otra que ha sido estigmatizada pero ya con muchos estudios a favor de su consumo. Aporta ácidos grasos insaturados, oleico, colina

El cerebro tiene toda la capacidad para consumir energía de la grasa al retirar o disminuir los carbohidratos.

A marzo de 2013 había 35 millones de personas con demencia; a abril de 2016 ya la suma había ascendido a 47,5 millones de personas y el 65% correspondían a Alzheimer, según estadística de la Organización Mundial de la Salud.

Todo el proceso que deviene de la mala alimentación deviene en un proceso de inflamación cerebral, neuroinflamación, es un proceso lento pero que va llegando.

Así que es muy importante la elección que haces en cuanto a la alimentación de tu hijo porque estás impactando directamente su salud cerebral.

En tus manos está la salud, bienestar y desarrollo de tu hijo.